La Casa
Nuestro saber hacer
El estilo
laurent-perrier
La vinificación
A finales de los años setenta, Laurent-Perrier fue una de las primeras Casas de Champagne en optar por las cubas de acero inoxidable. Al controlar la primera fermentación a baja temperatura, permiten al vino conservar su frescura y preservar la complejidad de sus aromas. También contribuyen al desarrollo del estilo de la Casa: frescura, elegancia y pureza. Bernard de Nonancourt demostró su ambición por Laurent-Perrier al mandar a construir la primera sala de cubas con temperatura controlada.
Alain Terrier, maestro bodeguero de 1983 a 2004, perfeccionó el arte del ensamblaje, fiel a la búsqueda de la excelencia que alimenta el espíritu Laurent-Perrier. Seleccionaba las uvas de las mejores zonas de los viñedos de Champagne, vinificaba cada lote por separado y supervisaba los ensamblajes con sumo cuidado. Esta vinificación por parcelas se ha convertido en una firma de la Casa: trabajados por separado, cada viñedo ofrece al maestro bodeguero que elabora los ensamblajes una amplísima gama de aromas, terruños y estilos.
El arte del ensamblaje
En Laurent-Perrier, elaborar un vino significa seleccionar los mejores zumos de la prensa, compuestos casi exclusivamente por las dos grandes variedades de uva de Champagne, Chardonnay y Pinot Noir. Se trata de elegir los «vins clairs» o vinos limpios, que entrarán en la composición final, de entre los mejores de los 319 pueblos de la Denominación de Origen Controlada (DOC, por sus siglas en francés) Champagne, incluidos 17 Grands Crus y 42 Premiers Crus. Elaborar un vino significa lograr el equilibrio perfecto entre una añada base y los vinos de reserva para mantener cada año el estilo tan característico de la Casa. Supone finalmente envejecer nuestros vinos durante mucho tiempo para que estén perfectamente listos para ser degustados en cuanto salgan al mercado. Cada una de estas etapas solo puede llevarse a cabo si disponemos de las mejores uvas, razón por la cual es esencial la larga colaboración, a veces de varias generaciones, con los viticultores locales.
La maceración
Desde los años sesenta, Laurent-Perrier elabora vinos Coteaux Champenois de gran reputación, que han permitido a la Casa adquirir técnicas de vinificación y extracción aromática inigualables. En 1968, este saber hacer único dio origen al Cuvée Rosé, fruto de una aportación de uvas Pinot Noir de gran calidad y de un método de elaboración muy técnico denominado maceración. Una vez vendimiadas, las uvas se despalillan y se colocan en una cuba de maceración. En esta cuba, el jugo macera con los hollejos durante 48 a 72 horas para que aflore su aroma. A continuación, el zumo se escurre (se separa de los hollejos), se fermenta y se vinifica en una cuba aparte.
Brut Nature
El proceso de dosage se desarrolló en el siglo XIX. El dosage es la etapa final de la elaboración de un vino antes de su comercialización. Consiste en añadir una cantidad ínfima de licor, generalmente compuesto de azúcar de caña y vinos de reserva, para determinar el tipo de champagne. En 1889, Laurent-Perrier rompió con las convenciones (en aquella época el champagne era muy dulce y se servía sobre todo a la hora de merendar) y presentó un «Grand Vin Sans Sucre». Este champagne se dirigía a los clientes ingleses aficionados a los vinos poco dosificados. Bajo el impulso de Bernard de Nonancourt y su espíritu pionero, la Casa dio a conocer la evolución del «Grand Vin Sans Sucre», Laurent-Perrier Ultra Brut, en 1981, a pesar de que la categoría Brut Nature no existía. No fue hasta 1985 y 1996, respectivamente, cuando se crearon las categorías «Extra Brut» y «Brut Nature». En 2019, Laurent-Perrier continúa con su innovación y se convertía en la primera Gran Casa de Champagne en ofrecer un Blanc de Blancs Brut Nature.